jueves, 3 de marzo de 2011

Tempus fugit


Y si dejas de susurrar?¿De exigir, de escudriñar, de manosearlo todo?...¿Y si aparcas las intenciones, las malditas metáforas, las conclusiones, la arrogancia y la ironía? ¿Y si creces de una vez?...Me veo obligado a hablar por más que no diga nada importante, ni interesante siquiera. Que remedio. No estaré solo si puedo evitarlo, y puedo evitarlo si quiero evitarlo.No voy a callarme precisamente ahora. Solo los niños se aprovechan del silencio para darse lustre, para hacerse notar, para esgrimir sus precarias razones. Los hombres hablan aún a su pesar y se condenan a vivir con lo dicho, con lo hecho, no hay otra manera de vivir...Un café más y a lo que íbamos...Sentado en la cocina y apoyada la espalda contra el frío real, me dispongo por fin a quererte, pero no como los niños, no como ese amor caprichosamente desesperado, no entre los tesoros que en realidad no tengo, sino en serio.
Con las palmas de las manos hacia arriba y los ojos bien abiertos.
Otra vez el bueno de Ray.

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