jueves, 12 de noviembre de 2009

Comentarios II













Retrato de la vida mundana.

Comentarios

Porque hay comentarios mejores que las propias entradas publicamos este de "Ajeno a mi"

Cuando eso me ocurría solía acudir a los versos de Benedetti que en Hombre que mira más allá de sus narices decía “Hoy me despierto tosco y solitario/ no tengo a nadie para dar mis quejas/ nadie a quien echar mis culpas de quietud/ sé que se me cerrarán todas las puertas/ y no llegará la carta que espero (…)/ que la que quiero no pensará en mí(…) menos mal que me conozco/ menos mal que mañana o a más tardar pasado sé que despertaré alegre y solidario/ con mi culpita bien lavada y planchada(…) y no sólo se me abrirán las puertas/ sino las ventanas y las vidas/ y la carta que espero llegará/ y la leeré seis o siete veces/ y la que quiero pensará en mí hasta conmoverse(…)”Llegó un día en el que las palabras del poeta ya no me servían, aquella pena cuya caducidad no acostumbraba a sobrepasar las horas de una tarde de domingo, se había transformado en una melancolía ya inherente a mí. Había dejado de reconocerme en aquella vida sin ilusiones, sin sueños, caminaba sin destino (no iba a un lugar, tenía que obligarme a ir hacia tal o cual sitio) porque no era capaz de fijar uno, mi objetivo se limitaba a cada paso. Me llevó tiempo, pero conseguí descubrir que, en realidad, todos sabemos por qué nos dejamos morir, por qué permitimos que nuestra luz deje de brillar aunque nos esté quemando en el interior. Sin embargo, sé que tu luz, sigue iluminando a los demás, y no porque persistan las últimas brasas de un fuego lejano, sino porque ese fuego es permanente y forma parte de ti.

Caspar David Friedrich


Tuve un sueño, que no era del todo un sueño.
El brillante sol se apagaba, y los astros
vagaban apagándose por el espacio eterno,
oscilaba ciega y oscureciéndose en el aire sin luna;
la mañana llegó, y se fue, y llegó, y no trajo consigo el día.
Lord Byron