domingo, 8 de febrero de 2009

Ajeno a mi


No se por qué me estoy dejando morir lentamente, por qué mi vida me es extraña a mi, por qué camino amargamente por donde no quiero ir, por qué ya no me gusto y la idea del futuro dibujado se me hace insoportable...ajeno a mi.

5 comentarios:

Gabriel dijo...

Muy bonito el texto. Soy un chico que anda explorando blogs, y me gusta la poesía mas que otra cosa.

Pasate por el mio si quieres

Bueno adiós

....::::Gabriel::::....

@... dijo...

Curiosamente me sucedía lo mismo hace algunos meses, pero entonces alguien vino a colocarme una palmada en el hombro y dijo: "Por eso amigo, sonríe, que mañana será peor"

Anónimo dijo...

Cuando eso me ocurría solía acudir a los versos de Benedetti que en Hombre que mira más allá de sus narices decía “Hoy me despierto tosco y solitario/ no tengo a nadie para dar mis quejas/ nadie a quien echar mis culpas de quietud/ sé que se me cerrarán todas las puertas/ y no llegará la carta que espero (…)/ que la que quiero no pensará en mí(…) menos mal que me conozco/ menos mal que mañana o a más tardar pasado sé que despertaré alegre y solidario/ con mi culpita bien lavada y planchada(…) y no sólo se me abrirán las puertas/ sino las ventanas y las vidas/ y la carta que espero llegará/ y la leeré seis o siete veces/ y la que quiero pensará en mí hasta conmoverse(…)”

Llegó un día en el que las palabras del poeta ya no me servían, aquella pena cuya caducidad no acostumbraba a sobrepasar las horas de una tarde de domingo, se había transformado en una melancolía ya inherente a mí.
Había dejado de reconocerme en aquella vida sin ilusiones, sin sueños, caminaba sin destino (no iba a un lugar, tenía que obligarme a ir hacia tal o cual sitio) porque no era capaz de fijar uno, mi objetivo se limitaba a cada paso. Me llevó tiempo, pero conseguí descubrir que, en realidad, todos sabemos por qué nos dejamos morir, por qué permitimos que nuestra luz deje de brillar aunque nos esté quemando en el interior. Sin embargo, sé que tu luz, Pilar, sigue iluminando a los demás, y no porque persistan las últimas brasas de un fuego lejano, sino porque ese fuego es permanente y forma parte de ti.

Fdo. Mario Benedetti-Caspar David Friedrich

Anónimo dijo...

"O te mueves o caducas"
Un abrazo,
Coca-cola

Menchu dijo...

Eres dos, una la que es y otra la que no es; o una la que para a decir lo que pasa y otra la que vive lo que imagina perfecto.

Tú intergrada no te dejas morir...eso es para los adolescentes, para los que están en una crisis innesperada o del ciclo vital....para los que no tiene el arrojo de decir socorro, para los que quieren ser ese momento y no estar en ese momento......no para ti.Tu no consentirías que así fuera para mi.

Necesito más luz de foto y texto en el blog, ser oscuro y denso no te hace especial.